Un equipo dirigido por el investigador del Instituto de Ciencias Fotónicas de la Universidad Politécnica de Cataluña, Romain Quidant (foto) se encuentra inmerso en un proyecto que puede permitir la eliminación de células tumorales a través de nanopartículas de oro y la posterior aplicación de láser. Una técnica que puede ser revolucionaria en el tratamiento de esta dolencia, por la que mueren millones de personas al año.
La plasmónica hace referencia a los plasmones, unas resonancias producidas cuando un tipo de luz y los electrones de metal interaccionan, algo que ocurre por ejemplo en las vidrieras debido al polvo de metal que se encuentra en sus componentes. Ese efecto producido por la resonancia tiene dos consecuencias: una luz intensa y la emisión de calor.
La luz y el calor producidos por el plasmón se utilizan en la oncología plasmónica, que trata de introducir partículas extremadamente pequeñas (nanopartículas de oro, en concreto) en las células enfermas y, a través de tecnología láser, conseguir una emisión de calor controlada que queme la célula tumoral sin afectar a las células sanas.
El proyecto de Quidant, aún en fase experimental, ha de tener en cuenta diversos factores. Primero, es necesario reconocer las células enfermas. Después hay que trabajar en que las estructuras de metal que van a producir el calor cuando interaccionen con el láser tengan la forma más adecuada para optimizar la emisión. Por último, hay que elegir correctamente las partículas que se introducirán en las células e intentar que sean lo menos contaminantes posible para el receptor.
La elección del oro viene dada precisamente por esta última razón, ya que se trata de un elemento biocompatible y que se elimina normalmente por el organismo humano a través de los fluidos corporales. Sin embargo, es necesario seguir estudiando sus posibles efectos secundarios para las células sanas.
Además de la utilización de esta técnica para el tratamiento del cáncer, también se prevé que pueda servir para su diagnóstico. El equipo de Quidant trabaja en un chip que sea capaz de detectar a partir de una gota de sangre la presencia de marcadores tumorales en el organismo. De nuevo la plasmónica es fundamental ya que ante la presencia de un marcador la nanoestructura metálica del chip reacciona con un tipo de luz concreto que lo indica.
El éxito de estas aplicaciones puede ser muy importante en el avance del tratamiento del cáncer y puede aplicarse a otros ámbitos de actividad, como la agricultura. Además, este dispositivo, por sus características y tamaño, podría utilizarse en países en desarrollo donde son escasas las infraestructuras sanitarias.
Romain Quidant, responsable del proyecto, es investigador ICREA del Instituto de Ciencias Fotónicas de la Universidad Politécnica de Cataluña. La Fundación Cellex de Barcelona colabora en su investigación. Quidant fue el primer científico que trabaja en España que consiguió el premio Fresnel Prize de la European Physical Society, que reconoce el trabajo de científicos menores de 35 años en el campo de la Óptica y la Electrónica Cuántica. Doctorado en la Universidad de Borgoña, su trabajo se centra en las nanoestructuras metálicas y sus aplicaciones a la Medicina.
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